La nobleza del absurdo
por Marcela Lopez Sastre,
La obra de Pablo Curutchet nos extraña ante lo que podríamos entender como: otra vez… la infancia. Pero no, no vamos hacia allí (por suerte). Su cinismo y sutil ironía que desarrolla desde los materiales “poco nobles” y los personajes “poco serios” en permanente riesgo de pasar el límite que divide lo tierno de lo bizarro, lo violento de lo amoroso, lo sucio y lo gracioso de lo morboso y feliz.
No sé si es posible descifrar desde que lugar nos habla, seguramente tampoco es necesario si afrontamos que todas estas categorías son imposibles o inexistentes fuera de los pre-conceptos que existen de la belleza, la felicidad, el amor, la infancia y tantos “grandes temas” que construyen al arte y a su historia como otro “gran tema” cimentado sobre una serie de prejuicios legitimados por el tiempo.
Y es esta posibilidad de instalarse en lo ambiguo la que enriquece su relato; Curutchet sin abrir preguntas nos llena de dudas y cuestionamientos respecto al arte, su nobleza, sus materiales y sus “temas”. Sin golpes bajos, ni excesos… sin dejar evidencia del ultraje, el sabor extraño nos queda dando vueltas y la nostalgia de ser niños (y de ser artistas, porque no…) se empaña de sombras, de malosentendidos embarrados por el halo del supuesto. Su capacidad crítica no se ejerce desde falsos intelectualismos, ni se complejiza abriendo heroicas batallas, simplemente propone un jardín, un gigante de cartón que asoma desde la oscuridad, un paisaje donde es posible no exigir coherencia, aboliendo la falsa moral y la nobleza.

“yo amo a los artista-etc.”
La aseveración de Ricardo Basbaum (San Pablo SP 1961) quien se denomina a sí mismo artista-etc.: artista-curador, artista-crítico, artista-gestor, docente y escultor, pintor, fotógrafo, etc. en simultáneo. Piezas paralelas de un proyecto que recorre las diversas zonas del arte. Basbaum conceptualiza una figura que emerge de la evidente complejización del contexto artístico actual: su juego de relaciones y las vinculaciones entre las instituciones simbólicas del mundo del arte.
Este perfil de artista enmarca perfectamente la práctica de Curutchet quien no solo produce su obra de manera continua sino que se ha desarrollado como editor, curador y gestor en diferentes proyectos. Junto a Agustina Pesci crearon Loba /producciones a través de la cual trabajan en la circulación, producción y experimentación de obra. Realizaron intervenciones urbanas como el “proyecto caja” y la obra “simpático”. Estuvieron al frente de la sala Real Visuales en el Teatro Real. Organizaron la residencia de artistas en la ciudad de las Artes y publicaron el libro, que también editaron a partir de la invitación a un grupo de artistas, el “Block de Dibujo”.
La obra de Curutchet es una exquisita ironía sobre el gusto, el éxito y el fracaso, desde donde pone en jaque los conceptos del arte, la nobleza y la infancia revirtiendo la nostalgia bucólica con su lenguaje ácido y ambiguo donde los personajes: insectos y robots gigantes , murciélagos sangrientos, chanchos atravesados por un hacha, entre algunos de su fauna, cuestionan al paisaje lúdico y precario hecho de cartones, telas e inflables.
Su producción de obra, en paralelo a la gestión de proyectos, atraviesa sus intereses como artista que experimenta diversas disciplinas, sin inmolarse ante definiciones taxativas, ni prácticas excluyentes o exclusivas. La complejizacion del mundo del arte actual conlleva la transformación de las prácticas artísticas. Los artistas actuales se diversifican en sus saberes generando un discurso personal construido sobre cruces, referencias y vinculaciones. Estas capacidades múltiples y paralelas, delimitadas por la necesidad de la obra, indefectiblemente produce prácticas particulares y la obra de Curutchet nos permite reflexionar sobre esta situación, que se repite en las diversas escenas del país. Loba/producciones como un tipo de espacio autogestionado responde a una escena donde las faltas y las ausencias movilizan a los artistas a producir su propio contexto positivo para la realización de sus obras. Haciendo parte de la obra al proceso de construcción, registro, difusión y circulación en el espacio artístico con el que se relaciona.
La autoria pierde el centro de escena, ya que se comprende que la obra no deviene de un momento iluminado de inspiración, sino que se construye por la transpiración en el campo y sus zonas diversas; como atravesando una geografía heterogénea el artista busca soportes adecuados, gestiona espacios y recursos, registra y reflexiona, critica e invita a otros artistas como parte del proceso creativo de la obra misma.
Charla miércoles 29 de Febrero a las 18:30 hs en el museo Carffa., se podrá hacer un recorrido con el artista Pablo Curutchet por su muestra Nube.
Agradecimentos A Marcela Lopez Sastre, Agustina Pesci, Leo Nucci, Gustavo Limperis, Manuel Pascual, Graciela Perez, Gille, Jose Lorenzo, Paula Abalos, Jessica Covacich, Roly Arias, Luis Gomez,

Sobre el Museo Caraffa
Muestra Nube en la sala 5 multidisciplina
catalogo Triptico curutchet
Director Jorge Torres, asistente de produccion Claudia Aguilera, Juan Longuini , iluminacion Santiago Aramburu, Comunicación Gina Giraldo Eugenia Dünkler,Diseño grafico Pablo Guidi, Mariana Robles, Julia Romano
Museo Emilio Caraffa | Av. Poeta Lugones 411 Nueva Córdoba | X5000HZE | Cordoba, Argentina | Tel.: (54-351) 434-3348/49
www.museocaraffa.org.ar | comunicacion@museocaraffa.org.ar
Facebook: Museo Emilio Caraffa (Grupo) / Educación MEC | Twitter: @museocaraffa
Horarios del Museo: Martes a domingos y feriados: 10hs. a 20 hs.
Entrada: General $3 / Estudiantes $2 / Menores de 12 años, jubilados, estudiantes de arte. Gratuito / Miércoles Gratuito.
Transporte: (Líneas Plaza España) A-A2-A3-A4-A6-A8-A9-A10 / C3-C7 / D1-D4-D5 / E1-E5 / N3-N6 / CV / R4-R
Pablo Curutchet’s work startles as; we could understand it as: a trip back to childhood. But no, we will (fortunately) not go there; the subtle irony, the cynicism he develops even through the (un)noble material he uses to reproduce this passage, this garden, and its characters made of cardboard, cloth, or inflatable plastic, risk to cross this thin line that divides cute from bizarre, violent from loving, filthy and funny from morbid and happy.
I am not sure it is possible to decipher his stance on this matter; I am sure it is not even necessary if we face the fact that all of these categories are impossible or inexistent outside of the preconceptions about beauty, happiness, love, childhood, and so many other “big topics” that conform art, and its history, as another “big topic” plagued with preconceptions.
And this possibility of settling himself in ambiguity is what makes his story much richer.
Without posing any questions, Curutchet, fills us with doubts about art, its nobleness, materials and “big topics”; there are no cheap shots, or excesses… there is also no evidence of its outrage, but the weird taste that remains in the mouth, and the memories of being children (and why not, of being artists) are clouded with shadows of misunderstandings rubbed with the mud of the presupposed. He does not exercise his critical capacity from fake intellectualisms; he does not burden himself battling heroic battles: he simply proposes a garden, a landscape where incoherence is allowed, and where faux moralities and nobilities are demolished.
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